TEMA 7. NORMAS DE
SEGURIDAD E HIGIENE APLICADAS A CENTROS SANITARIOS.-
1. INTRODUCCION
El
desempeño de cualquier actividad profesional conlleva la exposición a numerosos
riesgos en el lugar de trabajo,
denominados profesionales por estar relacionados con ese ámbito. La actividad
laboral, con la diversidad de tareas y herramientas utilizadas, pueden ser
origen de múltiples enfermedades, lesiones o, incluso la muerte del trabajador.
En cualquier caso, ello supone un coste
importante para el propio trabajador en primera instancia pero también para su
familia, para la empresa y para la Administración; por ello existen normativas
en materia de prevención de riesgos laborales que provienen de distintas
fuentes: directivas de la Unión Europea, la Constitución Española (que en su
art. 40.2 encomienda a los poderes públicos velar por la Seguridad e Higiene en al trabajo), la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y los
distintos Decretos que la desarrollan.
Un accidente
laboral es aquel suceso imprevisto, brusco que puede lesionar al o los
trabajadores.
Las causas pueden ser esenciales y depender del trabajador (formación escasa o
competencia deficiente) o de las condiciones en que se lleva a cabo el trabajo (deficiencias en las
instalaciones, organización de tareas o
procesos de trabajo) o pueden ser circunstanciales y ser consecuencia de
las esenciales: la impericia del trabajador por la falta de formación o
madurez, inseguridad o negligencia, el uso incorrecto de una instalación por
una distribución inadecuada de tareas, …
Una enfermedad profesional es aquella padecida por la acción de
diversos agentes nocivos presentes en el medio laboral de forma continuada, que
evolucionan lenta y progresivamente pudiendo causar al trabajador una
incapacidad para el ejercicio normal de la profesión o incluso la muerte. El
factor determinante de la enfermedad profesional
está directamente relacionado con las tareas realizadas en el puesto de trabajo
aunque en la aparición y desarrollo de
la enfermedad influyen otros factores como:
Ø En relación con el agente: su forma de presentación,
concentración, duración de la exposición, vía de entrada y patogeneidad
específica.
Ø
En relación con el ambiente: el grado
de humedad, temperatura, protección
adoptada o ventilación.
Ø
En relación tonel propio trabajador: el
estado inmune, educación sanitaria, antecedentes médicos o idiosincrasia.
El Real
Decreto 1.995/1.978, de 12 de mayo, establece una lista de enfermedades
profesionales abierta y modificable si lo aconsejan estudios pertinentes.
Para
cualquier trabajador es tan importante la seguridad laboral como el cobro de
un salario o la jornada de trabajo. Para
la empresa el tener un programa de
prevención de riesgos laborales también es una cuestión prioritaria. En
términos de rentabilidad lo contrario
puede suponer incurrir en costes derivados de accidentes como gastos de hospitalización, asistencia médica,
reparación de equipos y abono de indemnizaciones. Otros costes indirectos serían paradas de ciclos de
producción en tiempos muertos derivados del accidente, las demoras en la reposición
de las máquinas o existencias,…
La seguridad laboral tiene como
finalidad eliminar o reducir lo máximo posible los efectos negativos que
durante el desarrollo de un trabajo puedan sufrir los trabajadores. Las
acciones que se deben realizar en este sentido deben comenzar por la prevención
para evitar los riesgos desde el principio y para ello es muy importante hacer
un análisis adecuado de las condiciones de trabajo:
·
Tipos
de tareas que se realizan con su frecuencia y duración.
·
Las
características físicas del lugar de trabajo: espacio, orden,
iluminación, suelos, paredes, salidas, renovación del aire…
·
Las
personas: profesionales fijos u ocasionales, formación y capacidades,
personas que se pueden ver afectadas por su trabajo,…
·
Las instalaciones, equipos y
herramientas: instrucciones de uso, mantenimiento,…
·
Características y movimientos de los objetos manipulados:
tamaño, peso, forma, filos, superficie,…
·
Sustancias y productos químicos utilizados y generados:
naturaleza, estado físico, etiquetado, medidas de seguridad,…
· Energías utilizadas y generadas en el lugar de trabajo:
electricidad, ruidos, vibraciones, radiaciones,…
·
Procedimientos de trabajo: organización,
distribución y métodos de trabajo,…
· Métodos de protección: medidas de seguridad, datos sobre
riesgos, datos de
evaluaciones de riesgos, exigencias de la legislación vigente,
señalización, medidas necesarias,
exámenes de salud de los trabajadores,…
La Ley
de Prevención de Riesgos Laborales establece claramente las obligaciones del
empresario y de los trabajadores. En primera instancia, el empresario es quien
tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad y salud de los trabajadores
a su servicio adoptando las medidas
necesarias. Pero los trabajadores deben participar y colaborar activamente
en ello, siguiendo como mínimo unas normas. Su participación se realizará a
través de dos órganos: los delegados de prevención y el comité de seguridad y
salud
Las actividades de prevención las ejercerá el
propio empresario, el o los trabajadores o una entidad especializada externa;
ello dependerá de la dimensión de la empresa, el grado de peligrosidad o la
capacidad del empresario o trabajadores. Existe la obligación de que en
cualquier caso exista un servicio de prevención a los trabajadores que les
asesore e informe sobre riesgos y medidas
de prevención, vigile por su salud y preste ayuda y apoyo.
Algunas de las normas legales sobre
seguridad y salud en los centros sanitarios son las siguientes:
Ø
RD 664/ 1.997, de 12 de mayo: riesgos
de exposición frente a agentes biológicos.
Ø
RD 665/ 1.997, de 12 de mayo: riesgos
de exposición a agentes cancerígenos.
Ø
RD 486/ 1.997, de 14 de abril:
disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.
Ø
RDL 1/ 1.995, de 24 de marzo: ley de
Estatuto de Trabajadores.
Ø
RD 487/ 1.997, de 14 de abril:
disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la manipulación de
cargas que entrañen riesgos, en particular dorso lumbares.
Ø
RD 488/1.997, de 14 de abril:
disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas al trabajo con equipos que
incluyen pantallas de visualización.
Ø
LEY 31/ 1.995, de 8 de noviembre: de
prevención de riesgos laborales.
Ø
RD 53/ 1.992, de 24 de enero: que
aprueba el Reglamento sobre protección
sanitaria contra radiaciones ionizantes.
Ø
RD 1.891/1.991, de 30 de diciembre, sobre
instalación y utilización de aparatos de rayos X con fines de diagnóstico
médico.
Ø
RD 39/1.997, de 17 de enero: aprueba el
Reglamento de los servicios de prevención.
Los
trabajadores sanitarios están expuestos a diversos riesgos, aunque el más conocido desde hace décadas haya sido
el riesgo infeccioso. Actualmente la complejidad de los diversos métodos
diagnósticos y terapéuticos utilizados en centros sanitarios ha hecho que se
hayan aumentado y diversificado los riesgos a los que se enfrentan sus profesionales.
La mejor forma de enfrentarse a estas circunstancias es tener conocimiento de
ellas y poner en práctica todas las medidas preventivas necesarias.
Dentro
de este grupo de profesionales, por ejemplo el personal de gabinetes de
odontología, padecen un riesgo superior de infección, alergias y
sensibilizaciones cutáneas por productos químicos, como el mercurio utilizado
para la realización de las amalgamas dentales. Están también expuestos al
ruido, gases anestésicos y rayos X.
El personal de laboratorio de prótesis dentales
y audioprótesis tiene un riesgo más
elevado de accidentes por quemaduras, por la utilización de instrumentos cortantes y
sensibilizaciones cutáneas por los productos químicos, tóxicos e
inflamables que se emplean, así como infecciones
y ruidos.
2. TIPOS DE RIESGOS EN EL ÁMBITO
SANITARIO.
Desde
un punto de vista etiológico los riesgos pueden clasificarse como: Riesgos
físicos, químicos, biológicos, psíquicos
y sociales.
- RIESGOS FÍSICOS:
Dentro
de éstos cabe reseñar:
Ø Las radiaciones:
las ionizantes son las radiaciones alfa, beta y gamma y los rayos X. Los
establecimientos sanitarios adoptan importantes medidas de seguridad frente a
los riesgos que pueden derivarse de la radiación, pero en las clínicas y
centros de pequeña dimensión la adopción de medidas es menor, con el
consiguiente aumento en el riesgo de irradiación. El uso de las mismas ha de
ser dentro de unas zonas debidamente
señaladas.
Las radiaciones no
ionizantes son las radiaciones por
radiofrecuencias, campos magnéticos, pantallas de visualización, rayos láser,
rayos ultravioleta, y radiación infrarroja.
Ø
Los traumatismos y heridas son debidas a sobreesfuerzos, malas posturas, cortes,…
Ø
Los ruidos y
vibraciones son debidos a la utilización de sistemas de ventilación
mecánica, instrumentos mecánicos, rotatorios, incubadoras,…; es un riesgo al
que están especialmente expuestos los profesionales de las consultas de
odontología, cirugía, traumatología y otorrinolaringología.
Ø
La electricidad, electrocución y quemaduras, debido a la utilización de aparatos eléctricos; debe
realizarse la revisión periódica de los aparatos y las instalaciones,
realizando tomas de tierra, instalando interruptores diferenciales, etc.
Ø
Las explosiones y los incendios suponen un mayor riesgo para los laboratorios, quirófanos y
salas de calderas. Pueden deberse a
diversas razones con una mala instalación eléctrica o el uso de anestésicos y
gases inflamables.
- RIESGOS QUÍMICOS.
Son frecuentes en personal de
laboratorios y centros médicos y clínicos. En
dichos centros sanitarios se utilizan una gran cantidad de sustancias de
carácter químico, que pueden provocar reacciones alérgicas como dermatitis de
contacto, alteraciones físicas, irritaciones o incluso pueden comportarse como
teratógenos, cancerígenos y mutágenos.
Son nocivos los gases anestésicos,
citostáticos y productos usados para la desinfección y esterilización, como el
formol, el óxido de etileno y el glutaraldehído.
- RIESGOS BIOLÓGICOS.
Uno de los riesgos de tipo infeccioso más importantes es la hepatitis B, aunque hoy en
día poco frecuente gracias a las medidas de prevención, como la vacuna,
antisépticos eficaces, material desechable,… Ha aumentado sin embargo, la infección por hepatitis C, B,
tuberculosis, rubéola y SIDA.
Infecciones menos
habituales, son: tos ferina, parotiditis, virus respiratorio sincitial,
varicela- zóster, cito megalovirus, queratoconjuntivitis epidémica, enfermedad
de los legionarios y enfermedad de Marburg.
- RIESGOS PSÍQUICOS.
Todos
los profesionales, pero especialmente el personal sanitario está más
expuesto al estrés psíquico, alteraciones psicosomáticas, neurosis y
depresiones debido a la mayor responsabilidad, sobrecarga de trabajo, trabajo a
turnos, trabajo nocturno, …El trabajo a turnos, por ejemplo, causa insomnio,
irritabilidad, alteraciones en las relaciones familiares, y sociales. El
trabajo nocturno genera mayor fatiga que el diurno, el sueño diurno es menos
reparador y aumenta la sensación de fatiga.
- RIESGOS SOCIALES.
En ocasiones el personal sanitario
sufre riesgos como agresiones, generalmente verbales, a veces incluso
físicas y legales por demandas
interpuestas por una mala práctica o negligencia.
2. EFECTOS Y PROTECCIÓN FRENTE A LOS
RIESGOS.
1)
RIESGOS
FÍSICOS.
1.1
LAS RADIACIONES IONIZANTES pueden provocar efectos sobre distintos órganos y
sistemas:
Ø
Ojos: pueden inducir cataratas a largo
plazo.
Ø
En la piel y anexos: pueden provocar
uñas quebradizas, pérdida de vello, tendencia a la desaparición de las huellas
dactilares, radio dermitis crónica de las zonas expuestas.
Ø
Gónadas: esterilidad, aunque la dosis
necesaria es muy elevada, y el riesgo es mínimo si se adoptan las medidas de
radioprotección adecuadas
Ø
Acortamiento de la duración de la vida.
Ø
Efectos genéticos: mutaciones.
Ø
Embrión y feto: aborto, muerte fetal y
malformaciones. El riesgo es máximo en
las seis primeras semanas de embarazo.
Ø
Cancerogénesis, como en las radiaciones
ultravioletas, puede afectar a cualquier tejido, pero con las medidas de
seguridad el riesgo es mínimo.
Ø
Aumento del riesgo de leucemia, tanto
mayor cuanto mayor sea la dosis.
Las
medidas de protección frente a estos riesgos serán:
Ø
Utilización de barreras de protección:
de tipo arquitectónico o complementarias mamparas plomadas, delantales y
guantes plomados, etc. Estos últimos son útiles frente a la radiación difusa
procedente del paciente, pero no contra la radiación directa. Por ello es
conveniente no manipular en el área de la radiación.
Ø
Equipos de vigilancia ambiental, con
alarmas acústicas y ópticas que avisan del exceso de radiactividad en las
salas.
Ø
Dosímetros personales, que se llevan, a
la altura del pecho, por encima de las prendas de protección radiológica.
Indican la dosis de radiación recibida por el trabajador, deben llevarse
siempre.
Ø
Control médico: antes de comenzar a
trabajar en estos servicios se debe realizar un reconocimiento médico, quedando
excluidos los trabajadores que padezcan enfermedades crónicas, que presenten
signos de alarma en el hemograma, los menores de 18 años y quienes hayan superado los límite de
radiación permitidos.
1.2
RADIACIONES NO
IONIZANTES
Los RAYOS
ULTRAVIOLETAS: pueden provocar sobre
el organismo los siguientes efectos: Oscurecimiento de la piel, eritemas, incremento del riesgo
de cáncer cutáneo, degeneración de la dermis y envejecimiento prematuro, así
como queratosis actínica y efectos oculares como conjuntivitis, queratitis e
incluso cataratas.
Las principales indicaciones médicas de estos rayos son
la hiperbilirrubinemia infantil, el herpes y la psoriasis.
Las medidas de protección en el lugar de trabajo han de
ser la utilización de protectores oculares adecuados (gafas) y de la piel.
Los RAYOS LÁSER se utilizan en
tratamientos dermatológicos, oculares, cirugía, odontología, como técnica
diagnóstica, etc. Pueden provocar tres tipos de efectos a nivel cutáneo y
ocular, fundamentalmente: efectos térmicos como quemaduras, efectos
fotoquímicos como debidos a absorción fotónica y efectos termoacústicos
originados por la onda acústica generada al chocar el láser con los tejidos, lo
que puede provocar desgarros.
En la piel puede provocar coagulación
térmica de los tejidos, quemaduras sobre los ojos, que pueden ser especialmente
graves si el rayo láser converge sobre la retina.
Las medidas de protección son:
desconectar el láser cuando no se esté utilizando, colocar barreras físicas y
avisos en las entradas de zonas
peligrosas, uso de gafas protectoras, aumentar la iluminación en las áreas de
trabajo para que no se produzca dilatación pupilar evitando que incida sobre la
retina y revisar el equipo para evitar riesgos eléctricos.
La RADIACIÓN
INFRARROJA es emitida también por la mayor parte de radiaciones
ultravioleta, responsable de la sensación de calor. El riesgo más importante
son las quemaduras de la piel. Ojos y muy especialmente de cristalino, donde
puede provocar cataratas. El riesgo en centros sanitarios no es elevado.
Las ONDAS MICROONDAS Y RADIOFRECUENCIA no suele constituir un riesgo en centros
sanitarios.
La exposición a CAMPOS MAGNÉTICOS originados
por diversos aparatos, como los de resonancia magnética nuclear, puede
interferir en los funcionamientos de los marcapasos.
1.3 EL DOLOR DORSO
LUMBAR:
Una buena disposición de los
elementos que se deben utilizar en el
área de trabajo, permitirá evitar los movimientos forzados que impliquen a la
larga dolores de espalda, patologías musculares, traumatismos,…
Las recomendaciones
sobre ergonomía para trabajar en mesas de trabajo son:
Ø
El asiento ha de ser horizontal y tener
la altura adecuada para que los pies apoyen planos en el suelo quedando las corvas ligeramente elevadas de
la silla. El asiento ha de estar almohadillado para aliviar las presiones
originadas por períodos prolongados de trabajo
Ø
El respaldo de la silla debe apoyar la
parte alta de la columna lumbar respetando su forma.
Ø
La profundidad del asiento debe
permitir buen apoyo en el respaldo, quedando unos 5 cm. entre el borde anterior
de la silla y la corva. Las rodillas deben estar holgadas bajo la mesa.
Ø
La silla ideal es la giratoria, sobre
ruedas, de altura y respaldo graduables, para permitir un cómodo acceso a las
distintas zonas de la mesa.
Ø
La mesa para máquina de escribir o
teclado de ordenador ha de ser más baja para que los antebrazos queden
horizontales o ligeramente hacia abajo.
Ø
La altura de la mesa debe quedar
aproximadamente a la altura de los codos, con los brazos junto al cuerpo para
que el apoyo de antebrazos y la escritura y manipulación de objetos se realice
sin tener que inclinar demasiado el cuerpo hacia delante. La pelvis ha de estar
paralela al borde de la mesa.
Ø
La altura del plano de trabajo, cuando
se está de pie, depende del tipo de tarea a realizar, los trabajos de precisión
requieren apoyar los codos sobre el plano de trabajo. Par estos casos puede
resultar muy útil un taburete regulable en altura, sin respaldo y giratorio,
con una barra para reposar los pies.
El dolor de espalda y nuca es muy
frecuente en la población en general, y puede tener su origen tanto en
actividades domésticas y de ocio como e todo tipo de actividades laborales.
En los trabajos sedentarios supone un
riesgo importante y el personal de
enfermería puede verse particularmente afectado por tener que movilizar
pacientes encamados. Algunas de las medidas de prevención para evitar los dolores
de espalda son:
Ø
El esfuerzo físico puede entrañar un
riesgo, en particular dorsolumbar, entre otros casos en las actividades de
manipulación de cargas, por ejemplo cuando se realiza cuando el cuerpo está en
posición inestable o cuando se trata de alzar o descender la cargo con necesidad
de modificar el agarre:
o Procurar no coger
pesos situados por encima de los hombros y si ha de hacerse, subirse a una
escalera o a una silla.
o Para coger, dejar, llevar o trasladar pesos, ha de
acercarse al cuerpo. El levantamiento de cargas debe hacerse situando el objeto
próximo al cuerpo, con la espalda lo más recta posible y utilizar los músculos
más fuertes de los brazos y de las piernas. Si
debe arrastrarse peso es mejor
empujarlo por delante no por detrás.
Ø
Las características del medio de trabajo,
puede aumentar el riesgo, en la manipulación de cargas:
o Cuando el punto de apoyo o el suelo es inestable, o el
suelo es irregular pudiendo dar lugar a tropiezos.
o Cuando el espacio libre, especialmente vertical, resulta
insuficiente para el ejercicio de la actividad de que se trate.
Ø
Procurar mantener siempre posturas correctas y
cambiarlas cada cierto tiempo.
Ø
En el trabajo de pie durante largo
tiempo ha de tenerse un taburete bajo un
pie, para cambiarlo luego al otro.
Ø
Si se trabaja sentado, procurar que el
plano de la mesa esté ligeramente inclinado (pupitre), y usar un reposapiés.
Ø
A veces los dolores de espalda y nuca, se
deben a situaciones de estrés y tensión, es importante aprender a
relajarse.
1.4 PANTALLAS DE
VISUALIZACIÓN.
Los ordenadores son de uso habitual en
cualquier tipo de empresa, y en un centro sanitario también. Su manejo implica
determinados riesgos, como fatiga visual y psíquica y alteraciones musculares y
esqueléticas.
Si los monitores son de CRT (tubo de
rayos catódicos) emiten radiación X de
baja energía que generalmente, no constituye un riesgo. También emiten
radiación no ionizante.
En los puestos con Pantallas de
Visualización de Datos (PVD), se debe tener en cuenta los siguientes aspectos:
Ø
La distancia visual a la pantalla
estará entre 45 y 55 cm, el ángulo visual estará entre 10 y 20º.
Ø
El asiento debe de poseer cinco ruedas
para permitir la movilización, ha de ser
regulable en altura (38-48 cm), la profundidad del asiento debe de ser de 40
cm, el ángulo de los brazos será de 90º y el de las piernas debe ser mayor a
90º.
Ø
La altura el teclado debe estar entre
60 y 75 cm. del suelo.
Ø
Son de mucha utilidad los reposapiés
regulables en altura, los portacopias a la altura de la pantalla y otros
elementos auxiliares.
Ø
Los acabados de la mesa y muebles deben
ser mates, para evitar reflejos.
Ø
Es importante mantener la mesa de
trabajo limpia, perpendicular a las luces y sin reflejos desde el puesto de
trabajo.
1.5 RUIDOS Y
VIBRACIONES.
Los RUIDOS constituyen uno de los riesgos más extendidos dentro del
ámbito laboral. Puede provocar daños en el aparato auditivo, alteraciones
fisiológicas, e incluso psicológicas.
El ruido es un sonido no deseado y
molesto, que tiene por origen una onda acústica que proviene de una vibración.
El nivel de ruido se mide en decibelios y varía desde 0 DB hasta los 140DB. 50
DB constituye un sonido agradable, mientras que 90 DB es una sensación molesta
y 110 DB es una sensación insoportable.
Puede ser continuo (constante a
lo largo del tiempo), discontinuo (de forma intermitente) y de impacto (de
corta duración).
Un ruido de corta duración pero elevado
nivel (impacto), puede causar lesiones auditivas (como la rotura del tímpano).
La exposición prolongada a niveles de ruido
puede causar frecuentes lesiones progresivas que pueden llegar a la sordera.
Se deben tomar todas las medidas
necesarias para reducir el ruido en origen., pero si no es posible se
utilizarán los protectores auditivos. Para un nivel por encima de los 90 DB es
obligatorio el uso de protectores auditivos (tapones, orejeras o cascos
completos).
Los efectos del ruido sobre el
organismo pueden ser varios:
Ø
La pérdida de audición por la
exposición prolongada a ambientes ruidosos.
Ø
Alteraciones fisiológicas: en la
frecuencia cardíaca, presión arterial y sanguínea, hiposecreción salivar y
gástrica, digestión lenta y úlceras gástricas, alteración del ritmo
respiratorio o reducción de la actividad cerebral por la disminución de la
atención.
Ø
Alteraciones psicológicas, que a veces
van acompañadas de respuestas fisiológicas: perturbaciones el descanso
nocturno, disminución de la capacidad de concentración y sensación de malestar
o ansiedad.
Existe una legislación específica sobre
protección de riesgos en las exposiciones al ruido, R.D. 1316/ 89, que contiene
normas de obligado cumplimiento por las empresas.
En cuanto a la protección frente a los ruidos existen
tres posibilidades:
Ø
Eliminar el objeto peligroso s es posible.
Ø
Aislar
las fuentes que lo originan, aplicando medidas a los equipamientos e
instalaciones: usar contenedores de plástico en lugar de chapa, ruedas de
neumáticos de caucho en lugar de acero, el encapsulamiento total o parcial de la fuente de ruido, las pantallas
antirruido y los revestimientos absorbentes,…
Ø
Proteger a las personas expuestas: con exámenes
audiométricos periódicos, reducción del tiempo de exposición y utilización de
protectores auditivos (orejeras, tapones o cascos).
Las
VIBRACIONES entrañan un riesgo e el ámbito de
trabajo, pueden deberse a las herramientas manuales, instrumentos rotatorios,
funcionamiento de carros y vehículos terrestres,… Los efectos que producen las
vibraciones en el organismo del ser humano varían según la frecuencia de las
mismas, el tiempo de exposición, la postura del individuo y el tipo de
actividad.
Cuando una persona percibe una vibración los
efectos no sólo se perciben por el área de contacto sino que también se transmiten a otras partes del
cuerpo. Pueden producir trastornos del hueso y articulaciones (dolores de
vértebras, lumbalgias, deformaciones), neurológicas, de sistema digestivo como
náuseas y úlceras, musculares y vasculares; estas últimas provocan alteraciones
circulatorias, que se identifican por la palidez intermitente de los dedos
(“síndrome del dedo blanco” o de Raynaud).
Las medidas a adoptar serán como
mínimo:
Ø
Mantener las herramientas y máquinas en
buen estado.
Ø
Aislar adecuadamente las máquinas que
produzcan ruidos o vibraciones y en el recinto trabajará sólo el personal necesario para su mantenimiento, durante el
tiempo imprescindible.
Ø
El anclaje de aparatos y máquinas se
hará con las técnicas más eficaces para lograr su óptimo equilibrio.
1.6
La ILUMINACIÓN Y LAS CONDICIONES TÉRMICAS.
La luz
es un factor ambiental de gran importancia en el trabajo, puesto que unas
condiciones de iluminación adecuadas hacen que aquél se realice de una forma
eficaz y segura. Por el contrario se propiciarán problemas como la fatiga
ocular, los errores, los accidentes y las patologías oculares.
La fuente de iluminación más deseable
por las ventajas que ofrece es la natural, además de ser gratuita lleva
implícita la connotación de salud que supone estar expuesto al sol. Su
intensidad varía con el tiempo, la hora y las estaciones del año. Por ello la
más utilizada es la luz artificial, que puede ser general o localizada, con un
mayor nivel de luz para los puestos de trabajo que lo requieran.
Las condiciones mínimas de iluminación
están contenidas en un anexo del R. D. 486/ 97, sobre disposiciones mínimas de
seguridad y salud en los lugares de trabajo:
Ø
Preferencia de luz natural sobre artificial, complementada con luz
artificial cuando la primera no garantice condiciones de visibilidad adecuadas. Preferentemente luz
general, complementada con la localizada en zonas de trabajo concretas que así
lo requieran.
Ø
Se deben cumplir también unos niveles
mínimos de iluminación en función de las partes o zonas de trabajo.
La confortabilidad del trabajo viene
determinada en gran parte por la
temperatura, humedad y ventilación existentes, que estará en relación con la actividad física que se realice.
Además el ser humano debe mantener la temperatura de sus órganos dentro de unos
límites, si no quiere poner en peligro su propia supervivencia. Tanto puede ser un problema el trabajar con límites
bajos de temperatura como altos. El calor excesivo puede provocar: malestar,
ineficacia e el trabajo, colapso cardíaco y golpes de calor. En ambientes de
frío, por el contrario pueden provocar efectos sobre el riego sanguíneo de las
extremidades y la temperatura del cerebro (congelación hipotermia en el cuerpo
y el cerebro, reducción de la actividad mental, pérdida de consciencia,…
1.7 INCENDIOS
Los centros de trabajo deben tener un
pan general de prevención de incendios, en el que se tendrá en cuenta entre
otras cosas el buen funcionamiento de la instalación eléctrica. Debe estar
prohibido fumar en las áreas sanitarias, el almacenamiento de gases y líquidos
inflamables se realizará en locales independientes con ventilación natural y
paredes con revestimientos
resistentes al fuego. Si existen instalaciones fijas de oxígeno se revisarán
periódicamente. Se llevará a cabo también un buen mantenimiento, y riguroso
orden y limpieza en la parte de laboratorio y almacenes.
El centro dispondrá de un sistema de
detección y extinción de incendios, así como un plan de evacuación, alumbrado
de emergencia, escalera de incendios, salida de emergencia, etc.
2) LOS RIESGOS
QUÍMICOS
Algunas de las sustancias químicas que pueden suponer un
riesgo para el personal sanitario son las siguientes:
2.1. EL MERCURIO.
El mercurio es un metal líquido
que comienza a evaporarse tan sólo a 25º, la absorción ocurre a través
de la piel y por inhalación de sus vapores. Para evitar su intoxicación es
conveniente guardar el metal en recipientes irrompibles y bien cerrados,
recoger los glóbulos sobrantes y guardarlos en soluciones de sulfuro, usar
cápsulas selladas de amalgama en lugar de las preparadas a mano, ventilar las
áreas de trabajo, usar papel adhesivo para recoger los derrames de metal,
evitar el calentamiento de mercurio o de la amalgama, usar un sistema de
aspiración y spray con agua cuando se amase la amalgama, limpiar correctamente
los restos de amalgama del material antes de esterilizar éste y por supuesto
preparar al personal sobre su utilización y determinar anualmente las
mercuriemias del personal del gabinete.
2.2. EL ÓXIDO DE
ETILENO.
Se utiliza para la esterilización de
plásticos, gomas y otros materiales que no pueden ser sometidos a los efectos
del calor. Es un gas explosivo, tóxico e impregna los materiales, por lo que deben ser
ventilados tras la esterilización. Es irritante cutáneo- mucoso, provoca
alteraciones gastrointestinales, respiratorias y neurológica. Durante el
embarazo puede inducir el parto prematuro y aborto. Algunos estudios su
carácter mutagénico y cancerígeno.
Como medidas de prevención sería
conveniente: sustituirlo siempre que sea posible por radiaciones gamma y por
óxido de propileno, la instalación de alarmas de dicho óxido, situar el
esterilizador en lugares bien ventilados, utilización de medidas de protección
personal (mascarillas, guantes, gafas protectoras,…).
2.2. EL FORMALDEHÍDO.
Se utiliza en forma de formol, como
conservante, desinfectante, en esterilización,…Algunos muebles y material de
construcción también emiten formaldehído.
Puede provocar irritación de la piel y
las mucosas, cefaleas, dificultad respiratoria, quemaduras oculares, e incluso
edema pulmonar y la muerte. Algunos estudios lo muestran como sospechoso de ser
cancerígeno.
Como medidas de prevención está: su
manipulación en lugares ventilados, en caso de exposición de la piel u ojos, se
lavará con abundante agua y se despojará de la ropa contaminada, y han de
utilizarse prendas de protección personal (guantes, gafas, mascarillas, bata
cerrada y larga, delantal de caucho,…)
2.3. LOS CITOSTÁTICOS.
Son productos altamente tóxicos, que
sólo pueden ser manipulados por expertos, pueden provocar alteraciones
corneales, cardíacas, hepáticas, renales, irritación de piel y mucosas, náuseas
y vómitos.
Los sanitarios que los manipulan pueden
tener alergias, irritación de la piel y de las mucosas, tanto por contacto con
la piel como por inhalación de gases y aerosoles.
Como medidas de prevención: ha de
hacerse un examen médico previo; no pueden ser manipuladas por determinadas
personas como las embarazadas, madres lactantes, mujeres con historias de
abortos previos, personas alérgicas,
personas que también trabajen en radiaciones, o hayan recibido estos
tratamientos a su vez; se utilizarán guantes siempre, cambiándolos cada cierto
tiempo, especialmente si son de PVC y si su presentación es en polvo, han de
usarse también mascarilla, gafas y bata desechable; se manipularán en cabinas
especiales; está prohibido comer, beber, fumar o aplicarse cosméticos en las
salas de manipulación; si se produce contacto con la piel, los ojos o las
mucosas se lavarán con agua abundante o suero fisiológico y aplicar el antídoto;
los residuos deben separarse de los otros restos, se rotularán en rojo y se
manipularán con guantes; si se vierten sobre alguna superficie se absorberán
con papel o textil desechable y con guantes y equipo de protección.
2.4. LOS GASES
ANESTÉSICOS.
Pueden producir diversos efectos como
abortos, malformaciones congénitas, cáncer, enfermedades renales y hepáticas
alteraciones psíquicas y del sistema nervioso.
Normalmente en los lugares en que se
utilizan, como en los quirófanos, existen sistemas de extracción de dichos
gases para evitar inhalaciones.
2.5. OTROS PRODUCTOS.
Productos como el polvo de alginato,
que es utilizado en consultas dentales para la toma de impresiones, puede
provocar neumoconiosis, por ello su manipulación debe hacerse con mascarilla.
Las resinas acrílicas, pueden provocar
hipersensibilidad y deben manipularse siempre con guantes. Los acrílicos,
cuando se calientan durante el polimerizado pueden quemar al manipulador y debe
evitarse el contacto con ellos mientras se fraguan.
El aceite lubricante, que se vierte en
aerosol, sobre los equipos giratorios, puede arrastrar los detritus y microorganismos de los
aparatos. Sobre la piel puede provocar eccema alérgico o forúnculos, sobra la
conjuntiva una irritación y por inhalación una neumonitis. Para evitar esos
efectos tóxicos se disparará el spray por espacio de uno o dos segundos, se
separará en lo posible de la cara, se colocará una servilleta de papel detrás
del instrumento para recoger el aceite
que se escape y se usarán ropa
protectora, guantes, mascarilla y gafas apropiadas.
3) RIESGOS
BIOLÓGICOS.
Uno de los riesgos más frecuentes para
los trabajadores sanitarios en su lugar de trabajo es el de contraer
infecciones y frente al cuál están más sensibilizados. Evidentemente el riesgo
es mucho mayor en determinadas áreas como
laboratorios, plantas
hospitalarias de infecciosos, pediatría y centros de investigación
microbiológica.
Las infecciones de mayor trascendencia
son la hepatitis B y C y el SIDA,
seguidas de algunas viriasis como herpes
o el virus respiratorio sincitial y en
última instancia infecciones bacterianas como la tuberculosis, salmonelosis,
brucelosis,…, que en general han disminuido su frecuencia, y además las medidas
de prevención son más eficaces.
La HEPATITIS
B es una enfermedad de elevada morbimortalidad, a la que están
especialmente expuestos los profesionales sanitarios. Los pacientes portadores
de Antígeno de supeficie (HBsAg) poseen una elevada capacidad infectiva, riesgo
que debe ser conocido por profesionales que manejen muestras biológicas.el
período de incubación de la enfermedad está entre 50 y 120 días, los colectivos
más expuestos son los drogadictos, homosexuales, hemodializados, pacientes
transfundidos y el personal sanitario. Los enfermos son contagiosos desde las últimas semanas de la incubación
hasta después de la aparición de la ictericia y la elevación de las
transaminasas. Los portadores asintomáticos también son fuente de infección.
Los profesionales sanitarios de mayor
riesgo son los que están en contacto con fluidos biológicos, de los cuáles los
más infecciosos son la sangre, el semen y hemoderivados, aunque ha sido
detectado el Antigeno de superficie en otros líquidos corporales como el
líquido cefalorraquídeo, ascítico, orina, leche materna,…, pero no se ha
demostrado que en estos casos tenga
capacidad infectiva. La transmisión puede realizarse por heridas a través de la
piel con objetos contaminados (tatuajes, acupuntura, cuchillas, cepillos de
dientes, jeringuillas,..), por vía sexual y por vía transplacentaria. La puerta
de entrada suele ser inoculaciones
accidentales por pinchazos con agujas o bisturíes contaminados con sangre de
pacientes infectados. Es menos frecuente que se produzca contacto de heridas en
la piel con sangre contaminada, por salpicaduras o al pipetear.
La prevalencia de esta enfermedad es mayor en
instituciones geriátricas, centros de
minusválidos psíquicos y consultas de odontología, en este caso por el contacto
con aerosoles de saliva y sangre procedentes de la cavidad bucal del paciente.
Como medidas de prevención están: la
inactivación de la hepatitis B por calor seco y húmedo, glutaraldehído, cloro o
povidona yodada; el uso de material desechable (guantes, batas cerradas,…);
administración de inmuglobulinas y vacunas al personal sanitario; adoptar
procedimientos de buena práctica al manipular líquidos biológicos y fómites;
lavado de manos después de la atención de cada paciente, con jabón antiséptico
cuando sea necesario; manejo cuidadoso del material peligroso, como agujas, bisturíes,…,
las agujas deben introducirse sin encapucharse en un recipiente especialmente
diseñado para ello; identificación de la historia cínica, mediante una etiqueta
de advertencia, que también debe ir en la petición de análisis; las superficies
contaminadas deben desinfectarse con lejia al 1:10; es recomendable la
vacunación tanto del personal sanitario como no sanitario del área donde se
esté particularmente expuesto, al igual que el personal de limpieza, dada la
elevada protección que confiere la vacuna y los escasos efectos secundarios.
La HEPATITIS
C se transmite de forma similar a la hepatitis B, por vía parenteral,
sexual y transplacentaria, y ocasionando una sintomatología similar aunque
menos acusada. Su período de incubación es de aproximadamente 50 días y se
considera el principal responsable del carcinoma hepatocelular. La medidas de
prevención son similares a las anteriores, aunque en la actualidad no se
dispone de una vacuna eficaz.
El SIDA
o Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, se caracteriza por un déficit en
la inmunidad celular, que hace más vulnerable al paciente frente a infecciones
oportunistas y tumores.
El VIH, virus causante del síndrome, se
transmite por contacto sexual, por inoculaciones de sangre y hemoderivados y
por vía transplacentaria. No se ha
demostrado que se transmita ni por contacto, por vía respiratoria o fecal oral.
Es posible su aislamiento en sangre, semen
y secreciones vaginales, pero también se ha encontrado en otros fluidos
biológicos como saliva, lagrimas, leche y orina. Los anticuerpos frente al
virus, pueden detectarse a partir de las seis u ocho semanas tras la infección
por métodos tradicionales, hasta ese momento pueden ser portadores inadvertidos.
El riesgo de contraer una infección por
este virus para el personal sanitario no es mayor al de la población
general. Y aún así los profesionales más
expuestos son los de laboratorios, UCIS, quirófanos y salas de autopsias. El
accidente con mayor riesgo es el pinchazo accidental con agujas contaminadas.
Las medidas de prevención en este caso,
son similares a las descritas para la hepatitis: utilizar siempre material
desechable, desinfección con productos eficaces (formaldehído al 5% durante
10-30 seg., hipoclorito sódico 5 gr./l. durante
10-30seg., etanol al 70 % durante 10-30seg., glutaraldehído al 2 %
durante 10-30 seg.), esterilización , por calor, de los instrumentos que hayan
contactado con sangre, como el material de odontología, endoscopia,….se usará
el autoclave a 121 ºC durante al menos 20 min. o por ebullición durante 20
minutos.
La OMS ha realizado una serie de
recomendaciones para la prevención y control del VIH, entre las que se
destacan:
·
Los objetos punzantes, como agujas,
bisturíes,… deben ser manipulados con sumo cuidado y depositados en envases
resistentes apropiados.
·
Debe evitarse el contacto entre
lesiones abiertas de la piel y líquidos biológicos contaminados.
·
En determinadas exploraciones como las
oculares, es necesario lavarse las
manos, e incluso recomendable utilizar guantes para llevar a cabo la
exploración.
·
Las muestras de paciente sospechosos
deben llevar una señal de advertencia.
·
El personal de laboratorio irá provisto
del vestuario apropiado: batas desechables, guantes, pipetas mecánicas y
vitrinas de seguridad biológica. La superficie de trabajo se descontaminará con
un desinfectante como el hipoclorito sódico.
·
…
El HERPES
SIMPLE, es una infección vírica que presenta dos variantes: un tipo que
afecta a los ojos y boca, que se transmite por secreciones orales y
respiratorias, aunque también es posible por fómites recientemente
contaminados; y otro tipo, que infecta la región genital y anal. Permanecen
latentes en los ganglios nerviosos de la zona, hasta que provocan la
recurrencia, tras diferentes estímulos como el calor, luz solar, fiebre,
disminución de defensas,…
Los pacientes que pueden transmitir la
infección con más facilidad son los que padecen eccema herpético,
inmunodeprimidos y pacientes con enfermedades crónicas. Los profesionales
sanitarios más expuestos son los que trabajan en UCIs, servicios quirúrgicos y
servicios de odontología, por las secreciones orofaríngeas. Las heridas
cutáneas en los profesionales favorecen la adquisición de la infección; en los
dedos puede provocar el denominado panadizo herpético. Este virus no suele
tener grave repercusión en personas adultas sanas, aunque si es potencialmente
peligroso para el feto intrauterino, en los tres primeros meses de gestación
dando lugar a deformaciones congénitas.
Las medidas de prevención consisten en
la utilización por parte del personal de batas, guantes,…., desechables en
pacientes con infecciones activas, poniendo especial cuidado si hay heridas en
la piel. En el caso de profesionales sanitarias embarazadas no deberían
trabajar en salas con pacientes con infección herpética.
La VARICELA
ZÓSTER, supone un riesgo cuya
probabilidad de infección es muy pequeña, aunque dada la posibilidad de provocar daños fetales si
es contraída por embarazadas, es necesario tenerla en cuenta; y en estos casos
es mejor que no trabajen en salas de pediatría o con pacientes que sufren esta
infección con frecuencia como inmunodeprimidos, enfermos neoplásicos,…
El CITOMEGALOVIRUS,
es una infección con un cuadro similar a la infección del herpes simple, la
rubéola o la infección intrauterina por toxoplasmosis. No existe evidencia de que el personal
sanitario tenga mayor riesgo de contraer esta enfermedad que la población
general, aunque sí supone un mayor riesgo para gestantes en el primer trimestre,
pudiendo provocar disminución de peso y tallas fetales, microcefalia,
encefalitis, retraso psicomotor,
hepatoesplenomegalia, ceguera, y sordera. Por ello, por prudencia es
mejor que este tipo de profesionales no atiendan a enfermos infectados.
Los pacientes más expuestos son los
neonatos, gestantes, transfundidos, transplantados, enfermos de SIDA, y los
sometidos a cirugía extracorpórea. Las vías de contagio son la sexual,
transplacentaria, transfusiones sanguíneas, trasplante de órganos y leche
materna.
No obstante, las medidas de prevención
son las medidas higiénicas habituales, como el lavado de manos si se entra e
contacto con secreciones u objetos contaminados.
Existen
otras Infecciones víricas como la rubéola
y sarampión, aunque el riesgo es pequeño y especialmente importante para los
servicios de pediatría, obstetricia y laboratorio. Se puede transmitir por vía
respiratoria o fómites contaminados, y es potencialmente peligroso para
gestantes (pueden provocar abortos y malformaciones congénitas), aunque es un
hecho infrecuente. Está indicada la
vacunación parar los profesionales sanitarios de ambos sexos, y siempre que no
haya embarazo, puesta la vacuna no se recomienda una gestación hasta
transcurridos tres meses.
Otras infecciones son producidas por bacterias como la tuberculosis y brucelosis, aunque el
riesgo para el personal sanitario no es mayor que para la población en general
y las medidas de prevención son las mismas que para la hepatitis. Otra
infección es por legionella, que
entra en el organismo por inhalación, generalmente en lugares con dispositivos
de aire acondicionado, que es donde se encuentra el reservorio; o por el
aerosol generado en duchas contaminadas. También se ha detectado algún caso por
manipulación en salas de autopsias. La prevención en estos casos trata de
eliminar la infección de los sistemas de
aire acondicionado y conducción de agua.
4) RIESGOS PSÍQUICOS
Y SOCIALES.
Los profesionales sanitarios están más
sometidos a niveles altos de estrés en sus lugares de trabajo, que en otras
profesiones. A ello contribuyen diversos
factores, como son el alto grado de responsabilidad, la sobrecarga laboral, los
turnos, la rotación en los lugares de trabajo,
la realización de tareas repetitivas, la tensión emocional derivada del riesgo
de contaminación por agentes biológicos, sustancias químicas, radiaciones
ionizantes,…
Estas situaciones pueden provocar
diversos efectos psíquicos, como trastornos psicosomáticos, sobre todo
digestivos, neurosis, depresión, agotamiento nervioso, trastornos del sueño
como insomnio, irritabilidad, falta de concentración, adicción a fármacos,
alcohol y drogas. Evidentemente los riesgos y su incidencia serán mayores o
menores en función de las áreas de trabajo o centros sanitarios, siendo
muy elevados en áreas como las UCIs o urgencias.